Juan Navarro Baldeweg
Se trata de un cilindro enclaustrado en una base paralelepípeda basada en un ejemplo escocés. Este edificio más el centro de día construído paralelamente va descendiendo en altura para amoldarse a la puerta de Toledo y al descenso de nivel de la calle.
Se introduce al usuario en salas circulares y se disponen las estanterías alrededor de cada disco y de forma escalonada, lo que facilita la consulta del libro al poderlo ojear recostándolo en la estantería del nivel inferior.
La calle interacciona con el edificio/s al tener acesos a modo de escalinatas italianas o normales a una terraza y a una plazuela. Los muebles son acordes a los gustos del arquitecto.
En la primera planta, los puntos de información se encuentran estratégicamente: las mesas de estudio se colocan en el centro del círculo y las estanterías radialmente, con lo que desde las mesas de información, situadas en una cuerda de la circunferencia, se puede controlar todo movimiento.
La planta baja es utilizada para biblioteca de niños, con zona de juegos y zona de lectura divididas al cambiar el material de la solería y la altura del techo. Esta zona tendría un acceso (no utilizado ahora) por un pequeño jardín inglés.
La planta alta está acabada con una campana de acero corten que actúa como lámpara natural.
Los muros exteriores dan sensación de alivio a la calle por su forma y su llagueado, que evita la humedad y forma líneas horizontales.
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